Einstein dijo: “si las abejas se acaban, le quedan 100 años más a la humanidad" y justamente es lo que está ocurriendo hoy en día, mientras nuestra comuna lucha por empoderarse del título de Capital Nacional de la Miel, las abejas cada vez están en una situación más crítica a nivel mundial.
En Estados Unidos el uso de plaguicidas ha sido tan intenso que la sobrevivencia de las abejas en California ha pasado a ser una preocupación capital, pero ¿Qué pasa en Chile? Afortunadamente en nuestro país gracias a una combinación de factores, como la cordillera que nos aísla del resto del mundo, una agricultura todavía incipiente en el uso de plaguicidas concentrados y a que aún quedan áreas silvestres sirven de sustento a las poblaciones el problemas no ha llegado a etapas críticas. Tenemos suerte, no es porque hayamos sido más inteligentes o consientes en desarrollar una economía sustentable. Pero la preocupación, por las abejas está latente debido al inminente ingreso al país de los organismos genéticamente modificados a los cultivos tradicionales, lo cual ya está ocurriendo en Argentina y consecuentemente en zonas chilena fronterizas con ese país. El riesgo estaría en que la miel contendría polen transgénico y su principal efecto es que al no estar de acuerdo con el sistema nutricional de las abejas, colapsa la colmena a largo plazo termina dañando la colonia y eso hace que desaparezcan. Esta es una de las teorías que se están manejando con mayor certeza y desde el punto de vista comercial, para los exportadores es un problema porque Europa no está comprando la miel con polen que provenga de plantaciones que hayan tenido relación con algún cultivo transgénico.
Y este no es el único problema que deben enfrentar estos insectos estos días, en noviembre del año 2005 un apicultor de la costa de Estados Unidos llamado Dave Hackenberg, dio los primeras manifestaciones de lo que se conoce como “Síndrome del Colapso de las abejas”, atribuyendo el desaparecimiento de las abejas a los neonicotinoides, es decir químicos derivados de la “nicotina”, que ataca el sistema nervioso de los insectos pero no de los mamíferos.
Sospechosos principales del Síndrome de Colapso de las abejas son:
a.- Neonicotinoides.
b.-Virus Israelí de la Parálisis Aguda.
c.-Nosema ceranae / Nosema apis.
d.- Virus Iridiscente Invertebrado + Nosema Ceranae
e.- Varroa destructor.
Sospechosos Secundarios del SDC de las abejas:
1) Endocría (Consanguineidad)
2) Radiaciones solares
3) Teléfonos celulares
4) Desnutrición
5) Síndrome del Apicultor Ausente.
6) Uso incorrecto de antibióticos + Fungicidas + Acaricidas
7) Incorrecta fermentación del polen
8) Dificultades en asimilación de nutrientes
9) Disbacteriosis intestinal (cambio de la flora inestinal)
Desnutrición
Esta información fue recopilada del último simposio apícola, realizada en Rengo, en el mes de Agosto 2012, por el relator brasileño Martín Braunstein.
Pero también el peligro para las abejas lo encontramos en factores ambientales, como la drástica disminución de la flora melífera que era el sustento de las poblaciones de abejas. Por ejemplo, en todo el bosque esclerófilo chileno hay especies que se han ido reduciendo en número y han ido dejando las abejas cada vez en una condición más precaria. Esto les empezó a afectar desde los años 50 o quizás antes y hoy por hoy cada vez es más común ver como las forestales están ocupando territorios que antes correspondían a bosque nativo.
Por lo mencionado anteriormente, debemos tomar conciencia de nuestro entorno natural, con aguas no contaminadas, contamos con una cordillera llena de avellanos, radal y arbustos melíferos que nos pueden dar una miel monofloral única en nuestra comuna.
Como se menciona en la carta enviada a la JUNAEB “Los Egipcios daban la miel a todo lo sagrado”, por lo que es importante el cuidado de nuestras abejas, para poder mayor cantidad de miel.
Por estos días celebramos el triunfo de los apicultores locales al lograr que se incluyera la miel en la minuta de alimentación entregada por la JUNAEB, lo que sin duda aumentará la demanda de este apetecido alimento, sin embargo también se espera que aumente el cuidado y respeto con estos amigables insectos.
