
Durante el año 2007 muchos santabarbarinos y activistas ambientales salieron a las calles, cargaron lienzos y alzaron sus voces para evitar perder uno de los elementos más característicos de nuestra cultura, el rio Huequecura….aquel que por generaciones albergó a todos los bañistas locales y turist
as, y a pesar de que lucharon por mantener libre sus refrescantes y prístinas aguas, hoy sólo nos quedan las playas de mal olor que entregó Colbún en sus reemplazo.
Sin embargo, a pesar de esta triste experiencia, no se ha logrado rescatar la lección. En la vecina comuna de Quilaco la historia se repite de una manera tan similar que llega a preocupar la impavidez con que cedemos no sólo nuestros balnearios sino también la cultura y la historia que están asociados a ellos. Desde el comienzo de los tiempos el nexo que ha existido entre el ser humano y sus cursos de agua ha sido tan potente como vital. A través de ellos se ha proveído de agua, riego, transporte, recreación y por esta época el tan ansiado desarrollo económico que mágicamente se traduce en producir energía eléctrica de manera limpia para las
grandes ciudades e industrias, pero que para las comunas pequeñas significa que arrasen con su identidad y patrimonio ambiental a cambio de tener que pagar los costos más altos por esa energía.
El río Quilme desemboca en el Biobío a unos pocos cientos de metros de la localidad de Rucalhue, sus aguas son totalmente cristalinas y cálidas en el verano por lo que es propicio para su uso recreativo y así ha sido desde tiempos inmemoriales, pero cuya costumbre ya no tendría futuro toda vez que la central hidroeléctrica Rucalhue de la transnacional Atiaia que en estos momentos tramita las autorizaciones para crear un embalse que se proyecta casi siete kilómetros por el rio Biobío y un kilómetro y medio por el rio Quilme acabará con la historia del balneario La Junta.
La construcción de esta obra se prevé que se inicie durante el año 2015 y cuatro años más tarde su llenado irá haciendo desaparecer los rápidos en el río Biobío, la isla de Las Gaviotas y por supuesto que el río Quilme, al igual como ocurrió con el Huequecura, pero con la diferencia de que aquí se quiso compensar la pérdida de los balnearios implementando playas fétidas producto del proceso de eutrofización en donde antaño existieron el balnearios como Los Peñasco o la Fuente de Agua.
Como se ve, la comuna de Quilaco al igual que Santa Bárbara nuevamente pierden sus mejores atributos en manos del progreso de Chile.
